4 de abril de 2013

Me la pueden chupar bien chupada





Bien, lo dije. Saben por que me animo a decirlo, es fácil; a nadie le importa un carajo lo que tenga o pueda decir. Verán, soy un excedente de esta realidad. No importa cuanto me esfuerce es imposible llegar a los hombres. Están escondidos detrás de una muralla de verdades que no entiendo como alcanzar a sortear. No se confundan, no es su culpa es pura y exclusivamente mía. Soy consciente que no tengo nada para decir, nada que valga la pena. Cuando hablo salen palabras de mi boca y realmente pierden sentido ni bien toca el aire. Peor es cuando llegan al taponado agujero llamado oreja, ahí seguramente ya fueron transvestidos. En fin, no soy muy bueno en  lo que hago pero lamentablemente te lo hago. Soy una especie de ornitorrinco. No si saben que es ese bicho, pero paso a explicar. El ornitorrinco es un animal feísimo, lo más parecido a una pija peluda con hocico de pato. No se sabe si es en realidad un pato cojido por un topo o simplemente un topo con ganas de hacer una broma. Estoy completamente seguro que esa banda de religiosos creacionistas (creo que se llaman así pero en realidad es mas fácil decir “esa banda de tarados que piensan que el génesis de la biblia es real y  no es una de las hermosas poesías desarrolladas por la humanidad”) debían pensar que era el boceto que Dios dejó tirado por algún lado y se olvidó de borrar.

Volviendo al asunto, soy un puto ornitorrinco. Estoy con mi cara de pato mi cuerpo de topo y soy de lo más inútil del planeta. Es más, seguramente si me miran fijamente podrían descubrir que no sirvo para nada, ni muerto. Estoy seguro que la carne del ornitorrinco debe tener gusto a mierda o chota podrida. Ni muerto tengo una utilidad, más que estar acá y hacer lo que hago. Escribir mierdas y cosas que realmente a nadie le importan. Entonces, por eso puedo decir sin miedo a ser descubierto y pronunciar la conjunción más gloriosa de palabras: “Me la pueden chupar bien chupada”

No hay comentarios:

Publicar un comentario