6 de marzo de 2011

Final

Todo comenzará en animales, nadie sospechará. Una epidemia arrasará la producción de países tercermundista con bajos niveles de control. Decretarán leyes y diferentes “protecciones” contra la enfermedad. La ilusión de seguridad se mantendrá en pie. La producción y el mercado temblarán ante el mar de cadáveres; miles de cabeza de ganado morirán diariamente.

Una esperanza parecerá aflorar cuando los mejore científicos trabajen en conjunto con las mayores organizaciones mundiales. Ese esfuerzo será en vano cuando la enfermedad llegué a los hombres. Su objetivo será el centro poblacional más grande a nivel mundial; será tarde cuando den voz de alarma, será una pandemia. Un virus altamente peligroso y libre con capacidades para exterminar la vida del planeta; grandes capacidad de adaptación. Ese será el fin, nosotros lo proporcionaremos.

Los mercados internacionales presas del pánico suicidan las economías; el orden generalizado desaparece y el caos se apodera de las calles. Los gobiernos para mantener el statu quo cierras sus fronteras, esperan sobrevivir solos.

Y el paso final; el hombre terminará con la tierra como la conocemos. Los gobiernos se enfrentarán en una guerra por recursos y el átomo desnudará su poder. El cielo será herido de muerte, nubes de polvo alcanzarán a cubrir la cúpula celeste luego de la gran explosión. Un invierno para cambiar la superficie y volver el tiempo atrás, antes que envenenáramos la vida.

En diez años solo sobrevivirá unos pocos árboles, los niveles de oxígeno caerán dramáticamente. Solo unos pocos podrán sobrevivir.

Volveremos a nuestro estado primigenio, caminaremos sobre rostros muertos. Nuestras peores pesadillas serán un alivio; seguiremos en pie.

Solo cinco años más, solo un hombre recorre los caminos desolados. El mal prevalecerá para contemplar su obra y el último de los hombres contemplará su esencia para descubrir marcas grotescas.
 

-No hay futuro -dirá.

-El tiempo solo es un paradigma de la percepción. El pasado, presente y futuro solo son un espejismo. Hoy y mañana conviven en un segundo. El reloj de la eternidad solo conoce un grano de arena -le contestará.

-¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Acaso no soy el último vivo? –dirá sorprendido.

-Soy el final. Yo soy quien presenció el comienzo y el final. Tú eres todos y eres solo tú.
 
El último hombre llorará junto con la humanidad para comprender su error.