24 de abril de 2015

Doble singularidad única


“¿Ser o no ser?… ¡Ambos!”
Mirar y sentir. Sentir y sufrir. Un antiguo juramento a los dioses, injuriar al cielo protegido por el manto de la noche: “No volveré a vivir. Dejaré de ser humano. Caminaré el desierto para mirar. No tocaré, no sentiré. Hoy, he muerto”
He muerto y no quiero volver a la vida. En mi tumba, bien tapado, un epitafio sobre mi y rosas negras en mi lecho. Dormido, aletargado; muerto. No siento nada, soy solo un cadáver. Mi corazón no da señales de vida. Soy el muerto en vida, soy quien ha dejado a la humanidad. No quiero volver a caminar, no quiero ser parte de esto, no quiero seguir, solo detenerme y no ser. Existir en la inexistencia misma, esperar la muerte con la frente en alto. Cuando llegue diré: “Demasiado tarde. Hice tu trabajo”
Estoy muerto y quiero volver a la vida. En mi tumba, bien aprisionado, un lamento sobre mi y rosas rojas en mi lecho. Agitado, convulsionado; vivo. Siento, soy un prisionero. Mi corazón da señales de corrupción. Soy vida en muerte, soy quien ha dejado la humanidad. Quiero volver a caminar, quiero ser parte de ella, quiero seguir, acción y ser. Existir en el vértice mismo de la vida, renacer de la muerte con la frente en alto. Cuando llegue diré: “Demasiado tarde. Ahora no puedes alcanzarme”
Dualidad. Cara y ceca. Tormentas mentales en mar sereno.
¿Humano? No ¿Vivo? No ¿Muerto? No
“¿Quién querría llevar tan duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por el temor de un algo, después de la muerte, esa ignorada región cuyos confines no vuelve a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que desconocemos?”

19 de abril de 2015

Cadenas de libertad

“El hombre es lobo del hombre”
Vuela distante en las sombras ajenas. Libera tu alma del mar interior para suscribirte en problemas sin importancia. Negarse, negar; la existencia a base de preocupaciones de terceros. Mentiras para no ver.
Sueño despierto con un tiempo feliz, donde los hombres de corazones libres puedan caminar a la luz. Sueño despierto con un tiempo libre, donde los hombres de corazones libres puedan ser libres de toda oscuridad. Sueño despierto para no despertar nunca. Sueño, por que la realidad me obliga.
Mentir, mentirse.
¿Cuánto tolera el género humano antes de volverse completamente loco? ¿Cuánto sufrimiento puede tolerar un hombre antes de perder la cordura? Poco.
Negamos nuestra sociedad. Negamos nuestra obligación de grupo, negamos quienes somos; negamos nuestra pertenencia absoluta. Somos parte de un todo, somos entes sociales por excelencia. El hombre jamás bajó del árbol; continuamos con nuestra estructura social primate. Y yo, veo; y yo, siento; y yo; niego. Yo solo quiero que se detenga. No más. Odio ser como soy, odio mirar, odio ser conciente, odio el mundo por necesitarme como espectador de lujo.
¡Alguien debe detenerlo! ¡Deténganlo!
“Ariadna, no lo vas a creer. El minotauro apenas se defendió”