22 de junio de 2011

Ermitaño

"El anacoreta me miró desde el reflejo del espejo. Yo solo sonreí cordialmente"

En los últimos días comencé a desarrollar una enfermedad. Muchos especialistas podrían escribir largos informes y realizar inumerables estudios; sin embargo soy un muy mal paciente. El anonimato parece ser benificioso para esquivar ese tipo de burocracias médicas. 

En pocas palabras, soy un enfermo. Portador no sano de "noentiendonada". Esta enfermedad altera sustancialmente mi percepción. Creo que se alojó en lo más recondito de mi cerebro luego de aislarme de la sociedad.

Solo estoy espectante de los próximos síntomas. Seguramente comenzaré a desarrollar una falta total de tolerancia para el genero humano.